En las mañanas,
es el fuerte olor del café cargado,
su oscuro color y su parda espuma,
quien te trae a mi mente,
inundándome de placenteras sensaciones:
caricias, besos, abrazos y … canciones.
Al mediodía,
es el sabor de la pasta en mi boca,
al dente, ni muy dura ni muy blanda,
de color blanco marfil, como tus dientes,
cálida y húmeda, cual tu lengua.
Querida, son mis labios que te anhelan
En la noche,
es ese helado, de nombre extraño.
De mantecado con oreo
cargado de imágenes, de tu pelo,
tus ojos, tus anchas caderas de hembra
ombligo huidizo, risa cristalina,
manos cálidas que a las mías arropan
En la madrugada,
es esa almohada, grande y mullida,
a la cual abrazo , como si tú fueras,
pretendiendo hundirme en tu cuerpo,
regazo de madre,latidos en mi oído.
¿sabés amor? , aunque no estés a mi lado,
yo … no te olvido
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